viernes, 9 de noviembre de 2007

Narradores

Extradiegético.
Jean-Pierre había decidido, empezar él mismo una misión de reconocimiento para localizar posiciones del enemigo. Cuando había recorrido más de 4 cuadras hacia el norte desde la base, decidió entrar a una casa que permanecía intacta, y cuyas ventanas estaban selladas desde adentro con madera. Adentro, noto que aunque la casa estaba desolada, había muchas herramientas que podrían ayudar a la supervivencia, así como unos pocos alimentos que no parecían muy viejos. Cuando se acercó a la cocina a reabastecerse con lo que había visto, escuchó el sonido de un cerrojo que venía de la sala contigua a la cocina. Jean-Pierre, sin mover sus pies y siendo muy cauteloso, tomo muy lentamente su cuchillo amarrado en su pierna izquierda con la mano derecha.

Intradiegético.
Decidí, empezar una misión de reconocimiento para localizar posiciones del enemigo. Cuando había recorrido más de 4 cuadras hacia el norte desde la base, entré a una casa que permanecía intacta, y cuyas ventanas estaban selladas desde adentro con madera. Adentro, noté que aunque la casa estaba desolada, había muchas herramientas que podrían ayudar a la supervivencia, así como unos pocos alimentos que no parecían muy viejos. Cuando me acerqué a la cocina a reabastecerme con lo que había visto, escuché el sonido de un cerrojo que venía de la sala contigua a la cocina. Sin mover mis pies y siendo muy cauteloso, tomé muy lentamente mi cuchillo amarrado en la pierna izquierda con la mano derecha.

Metadiegético.
El sargento Kuznitzky había decidido, empezar él mismo una misión de reconocimiento para localizar posiciones del enemigo. A mi se me ordenó esperar en la base a la llegada de dos maquis, que debían traer con ellos unos mapas con ubicaciones de tres centros de abastecimientos de armas al sur de París. Cuando el sargento había recorrido más de 4 cuadras hacia el norte desde la base, decidió entrar a una casa que permanecía intacta, y cuyas ventanas estaban selladas desde adentro con madera. Adentro, notó que aunque la casa estaba desolada, había muchas herramientas que podrían ayudar a la supervivencia, así como unos pocos alimentos que no parecían muy viejos. Al acercarse a la cocina a reabastecerse con lo que había visto, escuchó el sonido de un cerrojo que venía de la sala contigua a la cocina. Jean-Pierre, sin mover sus pies y siendo muy cauteloso, tomo muy lentamente su cuchillo amarrado en su pierna izquierda con la mano derecha.

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